Ya vimos la razón por la cual Óliver puede impulsarse por los aires a grandes alturas… ahora veamos por qué las porterías no se ven mas allá del área grande.

¿Por qué no se ven las porterías hasta que se entra en el área?

img11[1]Recordemos que Japón es un pequeño asteroide cuyo radio nos da una idea de esto, a lo mejor no se ve la portería a causa de la curvatura del asteroide. Siguiendo el procedimiento de cálculo estándar, veamos a que distancia está el horizonte de una persona de altura L=1.60m (tomando en cuenta la enanez de los japos).

Sea α el ángulo que sostienen los dos radios que unen la posición del observador y de su horizonte. La distancia a dicho horizonte sería d = αR

El horizonte es aquella región donde los rayos de luz que llegan al observador son paralelos al suelo, y por lo tanto, el ángulo β es un ángulo recto β = π/2rad . Se puede calcular el ángulo α a través de su coseno, cos α = R /(R+L), por lo tanto:

img15[1]

Dado que la portería empieza a aparecer cuando nos acercamos a la tercera parte del campo, solo podemos sacar dos conclusiones, o bien el campo de juego mide un kilómetro y medio, o bien Óliver es terriblemente miope. Teniendo en cuenta que los japoneses suelen tener los ojos rasgados, y Óliver los tenía bien redondos, nos vamos por esta segunda opción.

Sin embargo, no podemos descartar la posibilidad de que el campo donde Óliver disputa sus encuentros nos da una idea de por qué nuestros héroes tardan medio capítulo en culminar el más rápido de los contra ataques. Con estas proporciones, el ancho del campo sería de unos 700 m. Eso explica que practicamente no se produjeran saques de esquina, unos niños de esa edad no pueden llegar hasta cerca de la portería, que se encontraría a unos 350 m del banderín.

Fuente:
La web de física