Hace tiempo, en mi clase de italiano, me tocó hacer una exposición sobre algún tema de historia universal (ya saben, por eso de los verbos en pretérito y cosas relacionadas…), y decidí hacer mi trabajo sobre Genghis Khan.
Siempre me interesó la historia de los primeros siglos de la era cristiana, las conquistas, las cruzadas, el renacimiento, el dominio musulmán en Europa, el largo oscurantismo, la Santa Inquisición (que de santa no tenía nada), los descubrimientos, y muchísimas cosas, pero hay algo que pasa casi desapercibido para muchos.
En una encuesta oficial que hice entre mis amigos, les pregunté (solo eran 3) sobre quién creían ellos que fue el conquistador mas grande de toda la historia, y me decepcioné al ver que sus respuestas eran iguales: Alejandro Magno.
En cambio, según mis investigaciones en la Enciclopedia Larousse®, en Age of Empires®, y en mis largas horas viendo History Channel®, no ha existido un conquistador mas grande que Genghis Khan.
Genghis Khan fue un príncipe mongol que unificó a todas las tribus nómadas que vivían en las praderas esteparias de Asia para luego poder -con sus fuerzas militares y sus grandes estrategias- conquistar practicamente toda Asia, Mongolia, partes de Siberia, y la actual Rusia y una pequeña parte de Europa.
Era temible, vengativo, cruel, pero era perfecto como emperador, y un gran estratega militar. Sin embargo, como cualquier hombre prominente de la época, tenía mujeres a su servicio, de lo que seguramente se concluye que tenia relaciones sexuales todas las noches.
Actualmente, por medio de unos estudios de ADN, se han llegado a conclusiones sorprendentes: en estos momentos no menos de 16 millones de personas en este planeta son de una misma familia, es decir, tienen una misma pauta genética, y esa familia no es otra que la de Genghis Khan. Por eso salen de vez en cuando gentes en lugares dispares del mundo que se hacen exámenes genéticos (como el de Oxford Ancestors) y descubren casualmente que son descendientes de Genghis Khan.
Lo cierto es que Genghis Khan engendró cientos, quizás, miles de hijos y su multiplicación geométrica, a partir del siglo XIII, ha contribuido a dejar su firma genética no sólo en Asia sino también en Europa, de donde habría pasado a América.
«Genghis Khan no era un libertino, pero tampoco un asceta, y tuvo acceso a varios cientos de mujeres en el transcurso de los 40 años que dedicó a construir su imperio», dice John Man en un buen libro sobre Temujin. Es más bien una cuestión de cromosomas, de cromosomas Y, los transmitidos por los varones, los que, siendo conservadores, hicieron que se doblara el número de descendientes de sexo masculino de Genghis Khan a cada generación, lo que en cinco generaciones habría supuesto 320 varones, hasta llegar, como habiamos dicho, a 16 millones de «hijos de Genghis Khan».
Así que a la próxima vez que lean sobre el Gran Khan, -feo, bigotón y con razgos orientales- recuerden que quizás (hay un 0.002% de probabilidad) están aprendiendo sobre quien bien puede ser su ancestro.
Fuente: Mis concocimientos generales de historia, Wikipedia y la revista Viajar.