Tanto en los libros como en la serie, Jon termina siendo apuñalado por sus propios hermanos.
En la serie Jon muere por completo. Pero en los libros todo parece indicar que no sucedió esto.
La historia de Varamyr Seispieles indica que un cambiapieles puede salir de su cuerpo antes de morir para introducirse a uno nuevo -de animal o de otra persona- y seguir viviendo. Y dado que Jon es un cambiapieles (sí, exactamente igual que Bran pero a menor grado), esta teoría tiene mucho fundamento.
Veamos lo que le sucedió a Varamyr cuando estaba a punto de morir y comparemos con lo que Jon experimentó también en ese momento.
Esto ocurrió al norte del Muro poco después de que Stannis llegara y acabara con los salvajes que atacaron el Muro. Varamyr era un salvaje que alcanzó a escapar junto con muchos otros. Pero despues de avanzar algunos días, Varamyr estaba muy débil y herido para poder caminar cuando Abrojo -otra salvaje- se le acercó y lo sacudió para instarlo a levantarse y correr puesto que los otros venían tras ella.
—¡Levántate! —le gritaba una voz—. ¡Levántate! ¡Tenemos que marcharnos! ¡Vienen! ¡Son cientos! —La nieve lo había cubierto con un espeso manto blanco. Hacía tanto frío… Intentó moverse y se dio cuenta de que la mano se le había quedado pegada al suelo. Se arrancó un buen trozo de piel al despegarla—. ¡Que te levantes! —le gritó de nuevo la mujer—. ¡Ya vienen!
Abrojo había regresado, lo tenía agarrado por los hombros y lo sacudía al tiempo que le gritaba a la cara. Varamyr olió su aliento y sintió su calidez contra las mejillas entumecidas por el frío.
«Ahora —pensó—. Hazlo ahora o muere».
Reunió las fuerzas que le quedaban, salió de su piel y se introdujo violentamente en la de Abrojo, que arqueó la espalda y gritó.
«Abominación». ¿De quién era el pensamiento? ¿De Abrojo, de Varamyr, de Haggon? No tenía manera de saberlo. Su viejo cuerpo cayó en la nieve cuando los dedos de la mujer lo soltaron. La mujer de las lanzas se retorció con violencia y chilló. Su gatosombra también lo rechazaba con fiereza al principio, y la osa de las nieves había pasado un tiempo enloquecida, lanzando zarpazos a los árboles, a las rocas, al aire. Pero aquello era mucho peor.
—¡Sal de mí! ¡Sal de mí! —oyó gritar a su propia boca.
Como Varamyr no podía huir, pensó en «robarle» el cuerpo a Abrojo -introduciéndose en ella- y así escapar. Con lo que no contaba es que Abrojo se resistiría con firmeza.
El cuerpo de la mujer se tambaleaba, caía y volvía a levantarse, agitaba las manos y las piernas en movimientos convulsivos, como en un baile grotesco, mientras los dos espíritus luchaban por la misma carne. Inhaló una bocanada de aire gélido, y Varamyr vivió un instante de gloria en su sabor, en la fuerza de aquel cuerpo joven, hasta que los dientes de Abrojo se cerraron con fuerza y la boca se le llenó de sangre. Se llevó las manos a la cara. Él trató de bajarlas, pero aquellas manos, resistiéndose a obedecerlo, le arrancaron los ojos.
«Abominación», recordó mientras se ahogaba en sangre, dolor y locura. Cuando Varamyr intentó gritar, Abrojo escupió la lengua que habían compartido.
En este momento ambos, Varamyr y Abrojo se encontraban en un mismo cuerpo, sin lengua y sin ojos. Este cuerpo claramente ya no le servía.
Pronto, ambos desaparecieron y él se elevó, se fundió, su espíritu cabalgó a lomos de una ráfaga de viento frío. Estaba en la nieve y en las nubes; era un gorrión, una ardilla, un roble. Un búho real volaba sigiloso entre los árboles, en pos de una liebre; Varamyr estaba dentro del búho, dentro de la liebre, dentro de los árboles. Bajo la tierra helada, las lombrices cavaban sus túneles a ciegas, y también estaba en ellas.
Entonces…
Un huargo que dormía levantó la cabeza para gruñir a la nada. Antes de que volvieran a latirle los corazones, ya había pasado de largo en busca de los suyos, en busca de Un Ojo, Astuta y Cazador, su manada. Sus lobos lo salvarían, se dijo. Aquel fue su último pensamiento humano.
Un Ojo, Astuta y Cazador eran 3 lobos, podría decirse que eran las 3 mascotas de Varamyr. Un Ojo era el más grande y feroz.
La muerte verdadera llegó de repente.
Sintió un golpe frío, como si se hubiera zambullido de súbito en las aguas de un lago helado, y lo siguiente que supo fue que corría por la nieve, bajo la luna, seguido de cerca por sus compañeros de manada. La mitad del mundo era negrura. «Un Ojo», pensó. Aulló, y Astuta y Cazador aullaron con él.
Cuando llegaron a una cima, los lobos se detuvieron.
Aquí es donde está base de esta teoría. ¿Qué sintió cuando murió? Frío, tanto frío como si se hubiera metido a un lago helado. E inmediatamente después, estaba corriendo por la nieve seguido de cerca por sus compañeros de manada.
Bien, ¿qué relevancia tiene toda esta historia con Jon Snow? Porque Jon también es un cambiapieles aunque él mismo no lo sabe.
Varamyr sabía hasta qué punto era cierto aquello. Cuando se apoderó del águila que había pertenecido a Orell sintió la rabia del otro cambiapieles, que se rebelaba contra su presencia. A Orell lo había matado Jon Nieve, el cuervo cambiacapas, y el odio hacia su asesino era tan brutal que el propio Varamyr odió también al chico bestia. Supo qué era Nieve en cuanto vio al gran huargo blanco que caminaba en silencio junto a él. Los cambiapieles siempre se reconocían entre sí.
De manera que toda esta historia al inicio del libro de cómo un cambiapieles muere, cambia de cuerpo, siente frío y termina metiéndose en su lobo es para que al final del libro tengamos una idea de lo que le va a pasar a Jon Snow. Que por cierto, cuando lo apuñalaron, sintió exactamente lo mismo que Varamyr:
Jon cayó de rodillas. A tientas, agarró el puñal y se lo arrancó. La herida despedía humo blanco en el frío aire nocturno.
—Fantasma —susurró. El dolor lo invadió.
«Hay que clavarla por el extremo puntiagudo».
Cuando el tercer puñal se le hundió entre los omoplatos, dejó escapar un gruñido y cayó de bruces en la nieve. No llegó a sentir el cuarto. Solo el frío…
Jon recibió 2 ataques. El segundo fue en el vientre y fue cuando cayó de rodillas. Entonces susurró «Fantasma», como si estuviera llamando a su leal compañero. Después del tercer ataque «dejó escapar un gruñido» tal como Un Ojo había gruñido de la nada cuando Varamyr se introdujo en él.
Entonces Jon cayó, y el cuarto ataque ya no lo sintió, ahora solo sintió frío, quizás como si también se hubiera zambullido en un lago helado.
La sensación de Varamyr y Jon Snow al morir fue muy parecida, uno pensó en su lobo mientras que el otro susurró su nombre. Y justo despues sintieron ese horrible frío.
Por lo tanto, la idea de que Jon Snow sigue vivo dentro de la piel de Fantasma es una teoría con muchos fundamentos. Pero por si no ha quedado claro, veamos una visión de Melisandre que sustenta la teoría.
Las llamas chisporrotearon, y Melisandre oyó en aquel sonido el nombre susurrado de Jon Nieve. Su rostro alargado flotó ante ella envuelto en lenguas rojas y anaranjadas; apareció y desapareció una y otra vez, como una sombra apenas entrevista tras una cortina agitada por el viento. Era un hombre; luego, un lobo; luego, un hombre otra vez. Pero las calaveras también estaban presentes, lo rodeaban. No era la primera vez que lo veía en peligro, y había intentado ponerlo sobre aviso. Enemigos alrededor, cuchillos en la oscuridad… Pero él no le prestaba atención.
Melisandre vio a Jon como hombre, luego como un lobo, y despues como un hombre otra vez… Aunque las visiones de Melisandre no siempre son acertadas, todo parece indicar que cuando se trata de Jon, sí acierta. Pues tambien vió los «cuchillos en la oscuridad» que seguramente representaron aquellas dagas con las que sus hermanos lo apuñalaron, además de que poco después lo previno advirtiéndole que siempre teviera a Fantasma cerca.
Lástima que tenemos que esperar a que el gordo de G.R.R.M se decida publicar Vientos de Invierno para conocer el verdadero destino de Jon, que para mí, es sin duda este.